Hace unos días asistí a un concierto en la Antigua un lugar mágico con mucha historia y tradición quien se presentaba era Fernando Delgadillo bien conocido por ser el creador de la “canción informal” un amigo me escucho hablar como loca de lo emocionada que estaba y decidimos asistir juntos aunque al principio se me hizo extraño no le di más vueltas al asunto quien se perdería semejante oportunidad era uno de esos conciertos que esperas toda tu vida un recuerdo que te gustaría compartir con alguien especial la noche fue memorable los dos coreamos las canciones de Fer a todo pulmón el ambiente se prestaba para distorsionar nuestra realidad conforme pasaban los minutos sentí que se aproximaba cada vez más a mí y al despedirse con la última canción estábamos prácticamente abrazados algo raro pero aceptable salimos del lugar sin despegarnos y caminamos por las calles empedradas hacia el parque en una de esas calles vimos un café abierto sin consultarme decidió entrar el lugar era agradable y cálido pedimos dos cafés y empezamos la conversación y una palabra llevo a la otra hasta que nos dimos cuenta que estábamos labio con labio mi mente estaba en blanco no tenía la voluntad de resistirme solo deje que siguiera luego sentí una vibración extraña por mi pierna y de un sobresalto me aleje era mi celular mi hermano estaba esperando por mí en el parque salí del café casi sin despedirme con un torbellino de ideas y culpas no tuvo tiempo de decir mucho lo deje sentado no quería tener que pasar por la incómoda situación de aclarar las cosas no soy buena mintiendo ni haciendo sufrir a las personas no entiendo porque una amistad puede distorsionarse tan rápido y con tan poco.
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